Guadalajara, Jalisco, México - Martes 21 de Junio de 2005


desde la torre del rey la dama escucha


Mi papá juega conmigo ajedrez…



Jair nos comparte que, cuando menos durante los fines de semana, encuentra tiempo para jugar con sus hijos y compartir un juego tan noble como el ajedrez


( 2ª. Parte)

Supongo que este domingo pasado, con motivo del Día del padre, muchos papás habrán recibido como obsequio, un buen tablero de ajedrez, y la sutil pero enérgica y justa invitación del niño: ¡Papá, juega conmigo…!
Los correos y testimonios han seguido llegando a nuestra sección de Artes de EL INFORMADOR y los agradezco.
El arquitecto Vargas Encino nos escribe desde Nuevo León y nos comparte una divertida anécdota. Nos dice que él y su esposa después de una tertulia de sábado por la noche, se desvelaron y se fueron a la cama muy tarde ya. Apenas salió el sol, muy de madrugada, creyó oír a lo lejos, una especie de ruido de maracas, -nos cuenta-. Mal abrió los ojos, se topó con su pequeño hijo, Alonso, de cinco años, que le decía: ¡Feliz día del padre! Y le agitaba el tablero de ajedrez de madera, como si fuera maraca, justo en el oído mismo, mientras le reclamaba: ¡Vente, papá, no seas flojo, toma tu regalo y vamos a que me enseñes a jugar ‘adrejez’!
Por otra parte, agradezco a Miguel Ángel Varela, quien nos escribe: “Mi hijo tiene seis años y le gusta jugar ajedrez, ¿En Guadalajara existe una escuela para enseñar a estos niños a jugar bien al ajedrez? Mira Miguel Ángel, por supuesto que existen buenas opciones para que los niños aprendan ajedrez, está por ejemplo la Casa de la Cultura de Zapopan, a espaldas de la Basílica, que se ha convertido en una excelente opción para iniciar a los niños. Está también el Museo del Periodismo, en la Casa de los Perros, los domingos por la mañana, en donde imparten clases a padres e hijos, Miguel Ángel Colón y Francisco Becerra… y existen también, clases particulares impartidas por diversos maestros. Ojalá encuentres una buena alternativa para tu niño.
Por otra parte, cito ahora las palabras de un brillante odontólogo, el doctor Jair Barba Shimizu, padre de dos pequeños: Samantha y Jair Barba Cuevas. A pesar de la pesada agenda de trabajo, el doctor Jair siempre encuentra tiempo para convivir con sus hijos y disfrutar del ajedrez: “Me importa que mis hijos aprendan ajedrez, porque les enseña a pensar, a enfrentar problemas, como la misma vida, a vencer sus propias debilidades con estrategia e inteligencia”. Jair nos comparte que, cuando menos durante los fines de semana, encuentra tiempo para jugar con sus hijos y compartir un juego tan noble como el ajedrez. Ahora todavía falta convencer a Mónica su esposa, también odontóloga, de que aprenda el juego, así ya podrán jugar dos y dos frente a frente.
Gracias también por los correos la señora Amalia Cuesta, y otro más de Jorge Vendice, que nos escribe desde Uruguay, él lee la columna a través de internet, y nos dice que la columna de la semana pasada lo hizo pensar. Él sólo tiene a una pequeña adolescente de 13 años, Marina, a la que nunca enseñó a jugar ajedrez, a pesar de haberlo jugado él cuando era joven, y que ahora se arrepiente porque siente que ella pronto crecerá y se irá de casa como todas las jóvenes. Me agrada escuchar a Jorge cuando dice: “Pero me doy cuenta de que nunca es tarde… no hay tiempo que perder, hoy mismo invitaré a mi pequeña Marina a jugar una partida”.
Gracias también a Alonso Castillo Ramírez, quien nos pide una opinión sobre la comparación que se hace entre el ajedrez y el juego chino del go. Abordaremos el tema en una próxima columna.
Y los correos siguen… me satisface darme cuenta de que la columna es leída. Gracias por ello y les recuerdo nuestra dirección electrónica: yolandazamora@hotmail.com.

¡Hasta la próxima partida!

Yolanda Zamora

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